jueves, 4 de septiembre de 2014

EL VIRUS ÉBOLA

El ébola es una enfermedad infecciosa viral aguda que produce fiebre hemorrágica en humanos y primates (monos, gorilas y chimpancé), causada por el virus del Ébola
El nombre del virus se debe al río Ébola, geográficamente ubicado en Zaire.
Es una infección que se caracteriza por una alta tasa de mortalidad, que oscila entre el 50% y el 95% de los afectados. Debido a su naturaleza letal, este virus es considerado como un arma biológica.

Seguimiento paso a paso

Países como Sudán y Zaire han registrado brotes en 1976, con 284 casos y 151 fallecidos, y 318 casos 280 defunciones respectivamente, Inglaterra para ese mismo año registro un solo caso sin fallecidos; en el año 1979 se produce un nuevo otro brote en Sudan con 34 casos y 22 fallecidos. Hacia la década de los 90 se presentan casos en Filipinas (3), Virginia y Texas (4), así mismo durante los años 1994 al 2000 Gabón registró el mayor número de casos, con más de 350 personas infectadas y alrededor de 280 fallecidos. En el año 2007 Uganda registra un nuevo brote de fiebre hemorrágica por virus del Ébola con 149 infectados y 37 muertos. Este mismo país decretó a principios de octubre de 2012 el fin del brote de fiebre hemorrágica del Ébola que se ha cobrado la vida de 17 personas, según datos de la OMS.
En marzo de 2014 se ha registrado el último brote, en Guinea Conakry, donde el número de afectados supera ya los mil y se ha extendido por Liberia, Sierra Leona y Mali, y en menor medida Nigeria. A día de hoy (agosto 2014), la OMS ha reconocido que el virus está fuera de control, debido sobre todo a la facilidad y rapidez que tiene para propagarse, por lo que están haciendo todo lo posible a nivel regional e internacional para intentar prevenir su expansión a otras fronteras.

¿Cómo se transmite?

El virus del Ebola se infecta una  población humana por contacto estrecho con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados.
En África se han documentado casos de infección asociados a la manipulación de chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva.
Posteriormente, el virus se propaga en la comunidad mediante la transmisión de persona a persona, por contacto directo (a través de las membranas mucosas o de soluciones de continuidad de la piel) con órganos, sangre, secreciones, u otros líquidos corporales de personas infectadas, o por contacto indirecto con materiales contaminados por dichos líquidos.


Signos y síntomas
La EVE es una enfermedad vírica aguda grave que se suele caracterizar por la aparición súbita de fiebre, debilidad intensa y dolores musculares, de cabeza y de garganta, lo cual va seguido de vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática y, en algunos casos, hemorragias internas y externas. Los resultados de laboratorio muestran disminución del número de leucocitos y plaquetas, así como elevación de las enzimas hepáticas.En un lapso de una semana aparecen en todo el cuerpo unas erupciones, frecuentemente hemorrágicas. Las hemorragias se presentan generalmente desde el tubo gastrointestinal, haciendo que el infectado sangre tanto por la boca como por el recto anal. La tasa de mortalidad es alta, alcanzando el 90%7 y los pacientes generalmente mueren por shock hipobol{emico por la pérdida de sangre.

Los pacientes son contagiosos mientras el virus esté presente en la sangre y las secreciones. El virus del Ebola se ha aislado en el semen hasta 61 días después de la aparición de la enfermedad en un caso de infección contraída en el laboratorio.
El periodo de incubación (intervalo desde la infección hasta la aparición de los síntomas) oscila entre 2 y 21 días.



Diagnóstico
Antes de establecer un diagnóstico de EVE hay que descartar el paludismo, la fiebre tifoidea, la shigelosis, el cólera, la leptospirosis, la peste, las rickettsiosis, la fiebre recurrente, la meningitis, la hepatitis y otras fiebres hemorrágicas víricas.
Las infecciones por el virus del Ebola solo pueden diagnosticarse definitivamente mediante distintas pruebas de laboratorio, a saber:
·         prueba de inmunoadsorción enzimática (ELISA);
·         pruebas de detección de antígenos;
·         prueba de seroneutralización;
·         reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR);
·         aislamiento del virus mediante cultivo celular.
Las muestras de los pacientes suponen un enorme peligro biológico, y las pruebas tienen que realizarse en condiciones de máxima contención biológica.

Prevención de la infección por virus Ébola


Según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el control y prevención del virus del Ébola se basa en tres pilares fundamentales:
·         Controlar la infección en animales: actualmente no hay vacunas dirigidas a prevenir la infección por virus del Ébola-Reston en animales, es por ello que se deben aplicar métodos químicos de desinfección utilizando hipoclorito de sodio y otros detergentes de forma regular en las granjas de animales como monos y cerdos. Ante la sospecha de cualquier brote del virus los animales deben ponerse en cuarentena o podrían incluso sacrificarse para evitar la transmisión a seres humanos.
·         Disminuir el riesgo de la infección humana: al no existir una vacuna para seres humanos ni tampoco un tratamiento específico contra la infección por el virus del Ébola la educación de la población en riesgo es un arma fundamental. Se deben implementar campañas de concienciación sobre los distintos factores de riesgo y las medidas de protección frente a ellos. En ciertos países africanos, al ocurrir un brote de ébola se activan mecanismos de información y difusión de mensajes para reducir los riesgos de transmisión, los cuales deberán enfocarse en los siguientes aspectos:
o    Disminuir el contacto con animales salvajes que pudieran estar infectados como simios, monos y algunos tipos de murciélagos. Evitar el consumo de carne cruda.
o    Empleo de guantes y prendas protectoras para manipular animales.
o    Utilizar guantes, mascarillas y batas especiales para disminuir el riesgo de transmisión de persona a persona como consecuencia del contacto estrecho con personas infectadas, en particular con sus líquidos corporales.
o    Lavarse las manos frecuentemente, sobre todo después de visitar a familiares enfermos en el hospital, así como después de haber cuidado a enfermos en el hogar.
o    Difundir mensajes de información a la población sobre las características de la enfermedad y de las medidas de control del brote, en particular la inhumación de cadáveres.

·         Prevenir la infección del ébola en los centros de salud: esto se refiere al uso de medidas de aislamiento y utilización de equipos necesarios (guantes, tapabocas, batas) para reducir el riesgo de transmisión desde los enfermos hacia el personal sanitario, como médicos, enfermeras, así como técnicos de laboratorio que manipulan sangre y otros líquidos corporales de los pacientes infectados con el virus.
MEMBRANA PLASMÁTICA 

                La membrana plasmática constituye la superficie externa de la célula y separa el medio interno del externo. Esta estructura regula el flujo de materiales entre los dos medios que separa y permite así mantener un ambiente apropiado para las actividades celulares normales. La membrana plasmática cumple un papel fundamental en la comunicación intercelular y entre las células y el ambiente  externo.
               




                Es una barrera flexible pero resistente, compuesta fundamentalmente x fosfolípidos (lípidos que contienen fósforo)  y proteínas. Casi todas las proteínas de la membrana son glucoproteínas, es decir, proteínas unidas a hidratos de carbono. Además hay otras moléculas presentes en la membrana plasmática en concentraciones más bajas, como el colesterol y los glucolípidos  (lípidos unidos a hidratos de carbono). La membrana plasmática está conformada por una bicapa lipídica, dos capas yuxtapuestas formadas por tres tipos de moléculas lipídicas: fosfolípidos, colesterol y glucolípidos. Las proteínas de la membrana pueden pertenecer a dos clases: las integrales y las periféricas. Las  proteínas integrales se extienden dentro o a través de la bicapa lipídica entre las colas de los ácidos grasos. Las proteínas periféricas están unidas en forma laxa con la superficie interna o externa de la membrana. Cada proteína tiene una orientación específica con respecto a las caras de la bicapa lipídica.
                La membrana plasmática permite que algunas sustancias ingresen y egresen de la célula pero impide el pasaje de otros compuestos. Esta propiedad de las membranas  se denomina permeabilidad selectiva. La porción lipídica de la membrana es permeable al agua y a las moléculas no polares (liposolubles), como los ácidos grasos, las vitaminas liposolubles, esteroides, el oxígeno y el dióxido de carbono. La bicapa lipídica no es permeable  a los iones y a las moléculas grandes carentes de carga eléctrica, como la glucosa y los aminoácidos. Estas sustancias hidrosolubles medianas y pequeñas pueden atravesar la membrana gracias a la ayuda de proteínas integrales. Algunas proteínas integrales constituyen  canales iónicos través de los cuales Ciertas sustancias pueden ingresar y salir de las células.
Otras proteínas de la membrana actúan como  transportadores, que modifican su forma a medida que trasladan sustancias desde un lado de la membrana hacia el otro. Las moléculas grandes, como las proteínas, no pueden atravesar la membrana plasmática salvo dentro de vesículas.
                La mayoría de las funciones de la membrana plasmática dependen de los tipos de proteínas presentes en ella. Las proteínas integrales denominadas receptores reconocen y fijan una molécula específica que regula algún tipo de actividad celular. Por ejemplo una hormona como la insulina. Algunas proteínas integrales y periféricas funcionan como enzimas que aumentan la velocidad de las reacciones químicas específicas. A menudo, las glucoproteínas y los glucolípidos de la membrana son marcadores de identidad celular, los cuales permiten que la célula reconozca otras células de su propia clase durante la formación de los tejidos o que registre células extrañas que pueden ser peligrosas y responda ante el contacto con ellas. Estas glicoproteínas y glicolípidos características de cada individuo y que permiten identificar las células provenientes de otro organismo. Por ejemplo, las células sanguíneas tienen unos marcadores ABO que hacen que en una transfusión sólo sean compatibles sangres del mismo tipo. Al estar hacia el exterior las cadenas de carbohidratos de glicoproteínas y glicolípidos forma una especie de cubierta denominada glicocalix

 




el glicocalix -y su función de 
marcadores de identidad celular